Carlos Paez nació en Montevideo, Uruguay, el 31
de octubre de 1953. Técnico agropecurio por la universidad del trabajo del
Uruguay y actual director de su propia empresa de comunicación y relaciones
publicas, y aclamado conferencista, fue uno de los 16 supervivientes a la
tragedia de Los Andes. El 12 de octubre de 1972, el avión en el que viajaba con
otros 44 pasajeros se estrelló debido a las condiciones climatológicas y la
desorientación del piloto. Los 32 supervivientes del accidente quedaron
atrapados en la cordillera de Los Andes, sin saber su ubicación y con escasas
provisiones. Tras pasar 10 días y sufrir las muertes de algunos de sus
compañeros, escuchan a través de la radio un comunicado que anuncia el abandono
de su búsqueda. En este momento la desesperación aumenta, hasta el límite de
tomar decisiones complicadas cuando la vida está en juego. Recurrir a
alimentarse de carne humana como único y último recurso para poder salvar sus
vidas, decisión difícil...u organizar expediciones en busca de la cola del
avión en la montaña o sobrevivir a una avalancha y llegar a buscar ayuda son
cosas que solo se consigue superar cuando uno trabaja en equipo por más de dos
meses y, como sostiene nuestro protagonista, plantándole cara al no, buscando
la forma de convencerse y motivarse a seguir luchando cuando las complicaciones
llegan, no rindiéndose nunca. Hoy contamos entonces con el honor de entrevistar
a uno de los protagonistas, autor del libro Después del día 10.
En primer
lugar, quería agradecerle concederme esta entrevista tan rápido y con tan poco
margen de tiempo, siendo sobretodo para la universidad y no una revista
prestigiosa, muchas gracias, es un placer poder contar con usted para este
trabajo. Y siento si entrevistarle así por e-mail puede ser algo impersonal,
pero nada más lejos de la realidad, ya que conozco su historia desde hace años
y no pensé que podría entrevistar a uno de los protagonistas, a Carlitos Páez,
lo cual es muy importante para mi. Siempre me he preguntado muchas cosas
respecto a la historia de la montaña, aunque no solo me centraré en eso...
-¿En qué momento asimiló completamente la magnitud
de la situación, estar perdidos en los
Andes? ¿Fue verdaderamente a partir de ese día
diez o fue desde un principio?
-Desde un principio supimos que estábamos
viviendo un infierno pero creíamos que en poco
tiempo nos iban a encontrar. Nunca imaginamos
que el lugar en donde estábamos no era
donde el piloto había indicado, ni que aquellos
aviones que pasaron no nos habían visto.
El día diez nuestras esperanzas de ser
rescatados desaparecen de golpe… fue el día en que
supimos que nos buscaban más y que para el
resto del mundo “ya no existíamos”. Ese día fue
el día que entendimos que salir de allí
dependía de nosotros.
-Teniendo en cuenta su actual dedicación a dar
conferencias motivadoras, me pregunto si en
los momentos en los que el animo decaía y no
había fuerzas para querer continuar, ¿Tuvo
usted un papel relevante en la motivación de
sus compañeros? O mejor dicho, ¿Influyó esto en
su actual dedicación a estas charlas?
-Hubo muchos roles relevantes que de una forma
u otra ayudaron a que hoy estemos vivos. Yo
a veces llegué a pensar “basta no quiero más”.
Pero lo bueno es que cuando estás en grupo, ese
grupo te ayuda. Cuando uno se cae, los otros lo
levantan, lo contienen, lo ayudan.
En mis conferencias narro mi experiencia de
sobrevivencia con una visión positiva y triunfalista
que logra motivar desde lo emocional. Comunico
la importancia del trabajo en equipo,
toma
de decisión, liderazgo, rápida respuesta a lo
desconocido, tolerancia a la frustración, actitud,
compromiso y a descubrir recursos desconocidos
que todos tenemos dentro. Es una narración
de una persona común a otra persona común.
-Supongo que será una pregunta bastante común,
pero no puedo dejar de hacerla, tal vez sea exceso de curiosidad periodística,
espero no incomodarle ¿Cómo asimila una persona tal
desesperación a su alrededor,pasar por una
situación tan extrema como para alimentarse de
un modo que podría resultarles traumático?
-No fue una decisión fácil. Tuvimos que comprender
y superar lo que estábamos por hacer. La
realidad es que nosotros comimos carne humana
para no morir, no teníamos otra opción.
-Cuando alguien sobrevive a una tragedia de tal
calibre, ¿Cómo es la supervivencia después,
en la vuelta a la vida normal?
-Estaba feliz de volver a mi casa y a la vez muy triste por los que no habían
podido volver.
En general todo el mundo fue muy respetuoso
pero hubo una parte de la sociedad que estaba
un poco pendiente de nuestras actitudes, si
hacíamos algo bien o algo mal. De hecho, pasamos
a ser famosos sin quererlo y empezamos a estar
más expuestos.
-Cambiando un poco el hilo para hablar de su
libro Después del día diez, me sorprende el
tiempo que pasó desde el accidente hasta su
publicación, ¿Escribió alguna especie de diario
para tener los detalles a la hora de escribir,
o lo escrbió todo de memoria? ¿Qué le llevó a
escribirlo?
-El libro salió en conmemoración de los 50 años
del accidente de los Andes y todo lo que relato
en él sale de mis recuerdos de lo vivido en los
Andes y años después.
Si bien es una historia de mucho sufrimiento es
un historia triunfalista… hoy somos muchos
más de los que salimos hacia Chile aquel 12 de
Octubre de 1972.
-¿Cómo se siente actualmente? Es decir, ¿Se
siente a gusto con su actual dedicación?
-Me siento muy bien cuando veo que el compartir
esta historia la gente se sienta motivada. La
reacción de aquellos que han ido a mis
conferencias es muy emotiva y eso me hace estar muy
a gusto con mi trabajo.
-Y para terminar, un pequeño cambio en la linea
de la entrevista, ¿Es usted consciente de la
situación política en que se encuentra España
ahora mismo?
En ámbitos de educación se puede decir que
atravesamos una situación complicada, puesto
que las salidas después de estudiar son escasas
y las reformas del gobierno intentan
acrecentar los costes y la dificultad del
acceso a estudios superiores a los jóvenes. La
motivación no es muy elevada y las dificultades
son cada vez mayores, ¿como motivaría usted
a los estudiantes (entre los que me incluyo)
para seguir adelante con sus sueños?¿Cómo
aplicaría su "plantar cara al no" en
este asunto?
-Por supuesto, estoy al tanto de la situación en España y me da
pena que un gran país esté tan
complicado… les deseo lo mejor!
En respuesta a tu pregunta, te dejo esta frase
que es una de mis preferidas:
“Empieza por hacer lo necesario, luego lo que
es posible y de pronto te encontrarás
haciendo lo imposible.” - Francisco de Asis
- Ha sido un placer poder contar con usted,
alguien a quien admirar por su capacidad de superación.. De nuevo le agradezco
su colaboración (y su consejo final), le deseo lo mejor en su trabajo y me
despido esperando poder asistir a una de sus conferencias algún día.
Y no nos olvidemos, superemos las dificultades
¡Plantémosle cara al no!