Título original The Hobbit: The
Battle of the Five Armies
Año
2014
Duración:
144 min.
País:
Estados Unidos y Nueva Zelanda.
Guión: Philippa Boyens, Peter
Jackson, Fran Walsh, Guillermo del Toro (Novela: J.R.R. Tolkien)
Música:
Howard Shore.
Reparto: Ian Mckellen, Martin
Freeman, Ritchard Armitage, Evangeline Lilly, Orlando Bloom, Christopher Lee,
Sylvester McCoy, Manu Bennet, Hugo Weaving, Cate Blanchet.
Valoración: 7/10
La película podría analizarse desde dos puntos de vista, el
de quienes han leído el libro y el de quienes no lo han leído, esto es, la
calidad como adaptación y la calidad como película, ambos relevantes y por lo
tanto ambos valoraré.
Nada más apagarse las luces en la sala, nos ilumina el
fuego de las fauces de Smaug, el dragón enemigo, con el que inunda la pantalla
y la ciudad de Esgaroth, comenzando así la constante acción que marcará el
final de la trilogía. Ya en este punto se pueden apreciar diferencias
significativas con el libro, ya que la escena inicial de la película solamente
es mencionada en la novela, que al añadirse a la adaptación aumenta
considerablemente la tensión de la historia, y con ello la atención que
personalmente me provocó esta secuencia. La película prosigue en una sucesión
de secuencias con base en el libro, ampliadas por el director respecto al texto
original, que en esta entrega, no resultan chocantes ni cambian la historia
original, hasta la intervención de los elfos Tauriel y Legolas (Evangelinne
Lilly y Orlando Bloom respectivamente) cuya presencia, desde la segunda parte
de la trilogía, es inexistente en la novela y produce cambios injustificados en
la historia, y más aun en el carácter de la misma, llevando parte de la acción
de a lugares ni minimamente mencionados en la historia original. Se podría
decir que son el mayor punto débil de la potencialmente fuerte trama,
incluyendo en la misma un triangulo amoroso, influyente en el desarrollo de los
acontecimientos respecto al desarrollo original, totalmente impropio del mundo
en que se ambienta El hobbit. Quizá una maniobra del director
para acceder a un mayor público, provocando con ello la decepción del público
que originalmente habría tenido.
Por otra parte el hecho de incluir en la trama principal,
una subtrama basada en otro de los relatos del Profesor Tolkien, a la par que
arriesgada, parece no sentar demasiado mal a la película, puesto que
originalmente era una simple mención que justificaba la desaparición de un
personaje, pasando a ser en la adaptación una explicación de lo sucedido en
esos momentos, algo que quizá se puede hasta agradecer. En cuanto a la batalla
final, se puede decir que es muy potente, no te hace perder la atención a pesar
de que ocupe más de una hora de película. Los efectos son imponentes, muy
logrados para haber sido grabada por ordenador, aunque personalmente encuentro
demasiada edición digital, comparada con El
señor de los anillos, en la
que la edición digital era muy escasa y el realismo era mucho mayor, tenía
mucho más encanto. La acción es continua a pesar de ese efecto de película de
animación que aporta el exceso de ordenador, los cambios de escenario son pocos
y los acontecimientos no dan lugar a que el espectador se pierda, pero de nuevo
nos encontramos con que a pesar de que los cambios realizados con respecto al
libro en esta película son pocos y gran parte necesarios, las diferencias en la
batalla pueden dar lugar a la controversia en cierto sentido, puesto que de
nuevo se ve afectada por la aparición de Tauriel y Legolas. En una especie de
continua demostración de habilidades de lucha que atentan contra las leyes
físicas, más que en una batalla, pueden sacar de situación al espectador con
pensamientos del tipo (Remitiéndome a lo que he escuchado comentar en el cine)
"Vaya fantasmada", "Venga ya, Legolas", "¿Donde vas
colgándote boca abajo de un murcielago mientras disparas con una precisión
asombrosa desde el aire?", y que al mismo tiempo proporcionan esa impropia
dosis de amor tan innecesario, interviniendo en las luchas de los personajes
protagonistas y cambiando como llegan sus destinos. Pero a fin de cuentas, son
solo pequeños detalles que no quitan en absoluto grandeza a una película que en
cuestiones de adaptación, exceptuando a Tauriel y Legolas, así como sus
influencias, supera con creces la segunda parte de la trilogía, La desolación de Smaug, (la mayor masacre de adapación de
la saga) y que mantiene una constante tensión y atención hacia la
pantalla, así como cierta dosis de epicidad necesaria en una obra de Tolkien.
Sobresaliente en acción y desarrollo, notable en adaptación, sin ser la mejor
ni mucho menos, queda por debajo de la primera parte, la cual es casi perfecta
como película y como adaptación, siendo así pues La batalla de los cinco ejercitos la
parte de calidad intermedia de la saga en todos los aspectos, siendo de todos
modos, muy recomendable y entretenida.
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