Manuel Chaves Nogales fue un periodista español,
nacido en Sevilla en 1897, que comenzó a seguir los pasos de su padre, también periodista, a temprana edad. Sus primeras incursiones en el mundo del
periodismo tuvieron lugar en su ciudad natal, pero más tarde se trasladaría a
Madrid, donde trabajaría como redactor en los periódicos Heraldo de Madrid, Ahora y Estampa. Sus trabajos más reseñables
desde finales de los años veinte hasta su muerte en 1944 son diversos, pudiendo
destacarse la entrevista como uno de sus mayores habilidades. Sus obras cumbre
en este campo del periodismo son El
maestro Juan Martínez, que estuvo allí, entrevista que narra las vivencias de un artista de
flamenco que se encontraba de gira con su grupo en Rusia en el momento de la
Revolución Bolchevique, contando así una visión en primer plano de la caída del
zarismo. Otra de sus obras más famosas es la entrevista a Juan Belmonte, titulada
Juan Belmonte matador de toros.
Fue el primer reportero en recorrer Europa en avión
y contarlo al mundo en una crónica. Se entrevistó con gentes de diversa índole e importancia, desde Joseph Goebbles hasta Charles Chaplin, diversos jefes de estado, artistas,
toreros…
Podría decirse que fue uno de los grandes
periodistas de la historia española, cuyas ideas políticas le llevaron al
exilio (hecho tachado de traición a la república por algunos sectores políticos) tras el
desencadenamiento de la Guerra Civil, cuando se declaró totalmente a favor de
la República en una de sus publicaciones en pleno desarrollo del conflicto. Sus
convicciones sin embargo, no eran ningún secreto, ya que años antes de la
Guerra Civil Española se ponían de manifiesto debido a sus publicaciones y a su
buena relación con Manuel Azaña, presidente de la República (1931-1933, y 1936)
de quien se declaraba partidario. Por tanto, con el traslado del gobierno
republicano de Madrid a Valencia el 7 de noviembre de 1936, Manuel Chaves
Nogales se exilia en Francia. Allí no detiene su carrera informativa y colabora
con diversos periódicos franceses. Su publicación más destacada de ese momento
es la posteriormente analizada (en 1994) por Andrés Trapiello, A sangre y fuego. Chaves Nogales relata en esta obra los horrores
de la guerra de una forma ficticia, inspirada en sus propias vivencias de los
primeros meses de conflicto. Pone también de manifiesto en esta obra su total
posicionamiento a favor de la república democrática liberal, pero sobretodo
incide los hechos, en lo indefendible de las atrocidades cometidas por ambos
bandos, el descrédito que da tanto a los sublevados como a los comunistas y
anarquistas de la zona republicana, cuyos actos distaban totalmente de la idea
de democracia, en la que “la dictadura del proletariado” tomaba el control de
las calles en ausencia de un verdadero gobierno en estos primeros meses de la
guerra.
Desde luego, las cosas cambiaron y se restableció el orden, otorgando un carácter diferente al bando republicano. Esas etapas de
gobierno fueron también analizadas y descritas por Nogales en diversas
publicaciones, pero A sangre y fuego
se centra en los primeros meses, puesto que eran los que el autor sevillano
había vivido de guerra cuando lo escribió.
Chaves Nogales continuó escribiendo en el exilio,
incluso con la entrada de Alemania en Francia en la Segunda Guerra Mundial,
tras la que debió trasladarse a Inglaterra, lugar donde residiría hasta el
momento de su muerte en Londres en el año 1944.
No hay comentarios:
Publicar un comentario